domingo, 13 de mayo de 2012
The Yes Men
AFRICA IS A COUNTRY
Africa is a country (http://africasacountry.com/) is a collaborative blog which aim is to provide a critical approach to representations of Africa in the Western media by using humorous materials to engage people. A different initiative to combine both amusement and social activism started by the journalist and professor Sean Jacobs. Together with professor Jacobs, other seven conspirators, coming from the field of media academy and communication advocacy, work to continue successfully holding this project. The goal of this online platform is to use humour as a potential tool to promote deeper reflections about what kind of values and images are being transmitted by occidental media when talking about Africa. So, we are in front of an ambitious and original way of fighting for a more democratic society, in which several professionals with really interesting backgrounds are involved.
miércoles, 2 de mayo de 2012
What is the "Third Cinema" project?
When Murdoch found the Indian Dream
Internet Governance Forum: "is there really any power there"?
martes, 24 de abril de 2012
Global Internet Governance: dream or reality?

Challenges to "Mediated Participations"

lunes, 16 de abril de 2012
The beginning of the #SPANISHREVOLUTION

miércoles, 11 de abril de 2012
La Libertad ya no es monopolio de William Wallace

Ese es precisamente el principal problema de Patty, la depresiva mujer de Walter Berglund, quien tras contraer matrimonio con éste y ser madre de dos niños, Jessica y Joey, a una temprana edad, pasa la mayor parte de su vida adulta sintiéndose cómoda entre notas de autocompasión y albergando profundos impulsos sexuales no resueltos hacia el mejor amigo de su marido, el músico independiente Richard Katz. La libertad nos defrauda, porque no consta de ningún mecanismo que nos frene cuando estamos a punto de traicionar a aquellos que más queremos. No hay píldoras para la sensatez, ni puertas que nos impidan el paso a lugares emocionalmente inseguros. Estamos solos, y tenemos que decidir. Y, lo que es peor en el caso de Patty, hay veces que nuestras elecciones se hacen en base a deseos tan penetrantes como transitorios, a delicadas mentiras imaginarias que han sido perfectamente delimitadas con el paso del tiempo, pero que no por ello acaban de convertirse en verdades. Por su parte, el personaje de Walter, quien presume de un carácter pasivo que llegará a exasperar al lector en más de una ocasión, se perfila como aquella figura cuya manifiesta falta de autoridad parece estar echándole un pulso infinito a sus arraigados principios éticos y a su vocación de ecologista sin fronteras. Su amor por Patty, aparentemente inquebrantable, será puesto a prueba en más de una ocasión para demostrar que cuando hablamos de sentimientos nadie está en disposición de hacer promesas eternas. Finalmente, el roquero Richard Katz encarna la ausencia de reglas. Cualquier comportamiento es justificable para él en los términos simplistas en los que entiende la vida, a pesar de que haya ciertas fronteras que, al ser cruzadas, nos releguen a la más desesperante soledad.
Sin lugar a dudas, la mayor fortaleza de Franzen es su capacidad para describir la complejidad de las relaciones humanas sin abusar de los tics grandilocuentes. Su gusto por buscar cobijo en esa desnudez tan característica que envuelve la rutina. Al lector de hoy en día parece no emocionarle tanto la integridad incorruptible de Jean Valjean como la necesidad constante de autoafirmación que presentan todos los personajes propuestos por el escritor estadounidense. Esa falta de identidad tan característica del mundo occidental, que nos obliga a reinventarnos una mañana tras otra y a pensar en las personas que nos rodean comos seres de ética flexible, capaces de sorprendernos tanto para bien como para mal en cualquier descuido que tengamos. Los héroes como William Wallace son un espejismo de aquello que quizá algún día podríamos llegar a ser si supiésemos como cultivar el valor inmanente a la naturaleza humana, sin embargo, los tipos como Walter Berglund son el reflejo de la imperfección de nuestras conciencias. El reflejo de lo que somos.
Sobre el reportaje y la ética formalista Kantiana
Pues bien, a mi parecer la lógica que reina en el mundo del reportaje periodístico, y que hace que éste se diferencie claramente de otros subgéneros como la crónica o la noticia, se basa en ésta analogía con los preceptos filosóficos que acabamos de exponer. ¿Quiere decir esto que el periodista debe ser un completo transgresor obligado a producir piezas sin amparase en referente alguno? Resulta evidente que no. Imagínense que nos situamos en la década de los sesenta en Nueva York, y hemos decido comenzar a recorrer nuestro particular camino en el mundo de las redacciones de periódicos eclipsados por los pautas del Nuevo Periodismo de Tom Wolfe o Guy Talese. En este caso tendríamos un gran número de técnicas profesionales y estrategias narrativas, herencia directa de la novela realista, en las que refugiarnos a la hora de plantear nuestra producción noticiosa. El propio Wolfe se encargó de recopilarlas y analizarlas en las siguientes claves:
"Estaban traspasando los límites convencionales del periodismo ( en relación a los practicantes del New Journalism), pero no simplemente en lo que se refería a la técnica. La forma de recoger material que estaban desarrollando se les parecía también mucho más ambiciosa. (...) La idea consistía en ofrecer una descripción objetiva completa, más algo que los lectores siempre tenían que buscar en las novelas o en los relatos breves: esto es, la vida subjetiva o emocional de los personajes. (...) Solo a través del trabajo de preparación más minucioso era posible, fuera de la ficción, utilizar escenas completas, diálogo prolongado, punto de vista y monólogo interior." ( 1976: 35)
He aquí algunos de los parámetros de mayor relevancia a los que deberíamos atenernos en nuestra calidad de redactores inexpertos en caso de optar, como decíamos, por la tendencia rompedora de la segunda mitad del siglo XX en Norteamérica. Aún así, y sin tratar de restar heroicidad a las conquistas del Nuevo Periodismo, todos estos preceptos, lejos de ser necesarios, son contingentes. Lejos de constituir las bases de la estructura del reportaje, podríamos decir que forman parte de unas condiciones coyunturales determinadas. En este sentido, el redactor podrá acogerse a los preceptos más adecuados en función de la naturaleza de su misión; si queremos desarrollar un reportaje de investigación trabajaremos las fuentes y la recopilación de materiales de manera distinta a si nos disponemos a abordar un reportaje testimonial - en el que el periodista narre un hecho del que haya sido partícipe-. Es decir, al igual que sucedía con la ética kantiana, es el redactor quien tiene la oportunidad de decidir cómo dotar de estructura y contenido la narración. Y, si bien el filósofo alemán nos instaba a actuar de tal forma que nuestras acciones pudiesen convertirse en Ley Universal; en el mundo del reportaje parece que esta norma podría cambiarse por aquella otra que reza: "haz lo que te de la gana, siempre y cuando seas capaz de basarte en hechos acontecidos que interesen a los lectores, y tu escritura sea de calidad". Solo al amparo de esta lógica de libertad creativa tendría sentido, por ejemplo, la producción periodística de Truman Capote recopilada en el obra "Música para camaleones", en cuyo prefacio el escritor sostiene lo siguiente:
"Aún cuando era bueno, vi que jamás trabajaba con más de la mitad, a veces con solo un tercio, de las facultades que tenía a mi disposición. ¿Por qué?(...) El problema era: ¿Cómo puede un escritor combinar con éxito en una sola estructura - digamos el relato breve- todo lo que sabe acerca de todas las demás formas literarias? Pues ésa era la razón por la que mi trabajo a menudo resultaba insuficientemente iluminado; no faltaba voltaje, pero al adecuarme a los procedimientos de la forma en que trabajaba, no utilizaba todo lo que sabía acerca de la escritura: todo lo que había aprendido de guiones cinematográficos, comedias, reportaje, poesía, relato breve, novela corta, novela. Un escritor debería tener todos sus colores y capacidades disponibles en la misma paleta para mezclarlos y, en casos apropiados, para utilizarlos simultáneamente." (1994: 13)
· Wolfe, T. (1976): " El Nuevo Periodismo", Editorial Anagrama, Barcelona.
· Capote, T. (1994): "Música para Camaleones", Editorial Anagrama, Barcelona.